Primeras Expediciones

El Auyantepui alberga gran historia de exploraciones, así como también fue la montaña que atrajo a escaladores de roca con ansias de reto en lugares poco explorados.

A continuación citaremos algunos protagonistas de esas primeras exploraciones que dejaron sus huellas en el mismo y que no se pueden dejar de mencionar ante la historia tan vasta de este tepui. La historia de las expediciones de escalada la tocaremos en cada pestaña nombrada en el menú.  La historia de la Escalada en los tepuyes y su desarrollo podríamos decir que empieza en el Auyantepui.

BREVE SINOPSIS

El Auyantepui es uno de los colosos montañosos de Venezuela, por su extensión es uno de los tepuyes más grandes de Venezuela.

Su sitial como tepui importante del país se le debe no solo a su extensión sino a lo famoso que es por albergar a la Caída de agua más larga del planeta, mejor conocida como Santo Ángel y actualmente oficializado su nombre como Kerepacupai Vena.

El Macizo Guayanés está considerado de las formaciones más antiguas del planeta por lo cual toda la región tiene una vital importancia no solo por lo antiguo sino por la cantidad de vida animal y vegetal que habitan en estos ecosistemas prístinos con características especiales. Cada tepui tiene una historia particular que contar desde sus primeros avistamientos, sus primeras visitas del hombre a pie, escalando o en helicóptero, historias que descubren a los tepuyes como parte de la historia del hombre.

Por pertenecer a este gigante la caída más larga del planeta lo cual lo sitúa entre las 10 maravillas de la Tierra tiene gran relevancia toda su columna histórica, y aunque tocar la historia del Auyantepui es toda una aventura por lo cual debería de existir un sitio web solo para el trataremos la información más relevante, que de igual manera creemos que se nos quedaría corta. De igual manera sugerimos visitar los links indicados para una información más exhaustiva.

SOBRE EL HALLAZGO DE LA CAIDA DE AGUA MAS ALTA DEL MUNDO


Si bien Jimmy Ángel fue quién le dió su nombre al salto, la catarata que cae del Auyantepui era conocida por los indígenas bajo el nombre de Churún Meru y ha quedado comprobado que el primer hombre blanco que divisó la caída de agua fue el teniente (r) de la Marina de Guerra venezolana Ernesto Sánchez La Cruz, quien levantó un croquis de la región en 1910.

ERNESTO SANCHEZ LA CRUZ (1883 - ¿? ), UN MILITAR VENEZOLANO OCULTO EN EL TIEMPO

Fuente: Rafael Marrón González.

A este militar se le atribuye como el primer hombre blanco que avista la caída de agua más larga del planeta.

Su verdadero descubridor, el teniente de la marina de guerra Ernesto Sánchez La Cruz, que en 1910 fue el primer explorador que vió el prodigio y lo incluyó en un croquis de la región, así lo atestiguó en 1955 el conde Antonio Cattaneo Quirín, que se desempeñó como Inspector General de las Fronteras Orientales y Meridionales del Estado Bolívar con la Guayana Inglesa y Brasil, cargo que ocupa de 1914 a 1921, llevando a cabo una revisión completa de la línea fronteriza, desalojando colonias extranjeras ilegales instaladas en la Gran Sabana, y participando, posteriormente, con Lucas Fernández-Peña en la fundación de Santa Elena de Uairén, en 1927, y quien afirmó haber visto el mapa de Sánchez La Cruz en la Casa Blohm de Ciudad Bolívar.

Según el autor Pedro Paredes, a Sánchez La Cruz se le había encomendado la tarea de determinar los límites del área de Canaima. Recorriendo la zona, Sánchez La Cruz se separa luego de la expedición, con el objeto de buscar diamantes, por lo que logra establecer contacto con los pobladores aborígenes de la etnia Pemón, quienes le alertan de la existencia en la zona de una enorme caída de agua. Estos indígenas llevan a Sánchez La Cruz hasta el sitio en el que estaba ubicado el salto al que llamaban "Kerepakupai Meru" que en su lengua significa "salto del lugar más profundo". Al regresar dicha expedición a Ciudad Bolívar, Ernesto Sánchez La Cruz hizo entrega de estos importantes registros y de un croquis a un ciudadano de origen alemán, de apellido Kuhn, dueño de la casa Blohm, quien a su vez procedió a guardarlo en una caja fuerte de su propiedad. Sánchez La Cruz, apenas divulgó su descubrimiento a muy pocas amistades y comunicadores sociales de Ciudad Bolívar, y jamás se preocupó por dar a conocer este histórico hallazgo, hasta que, mucho tiempo después, el señor Cattaneo Quintín, en el año de 1955, le solicitó información acerca de esta zona explorada al alemán Kuhn, el cual le proporcionó el croquis elaborado por Sánchez La Cruz.

Luego de Sánchez La Cruz estuvieron otras expediciones, una de ellas 17 años después donde participaron Félix Cardona Puig y Joan Mundó Freixas.

En 1927, los españoles Félix Cardona Puig y Joan Mundó Freixas organizaron una expedición en busca de oro y de las cabeceras del Caroní. Por referencia de los indígenas de la región, los aventureros se desviaron en la desembocadura del río Carrao, a través del cual llegaron al río Churún para finalmente alcanzar la base del Auyantepuy y divisar el gran salto de agua que más tarde se conocería como Salto Ángel. En el diario "El Universal", Mundó Freixas publica en 1928 una serie de reportajes en los cuales narra cómo avanzaron hacia el salto en cuya base acamparon algún tiempo debido a la falta de abastecimientos.

FELIX CARDONA PUIG (EXPLORADOR CATALAN (1903 – 1982)

Fuente: Bibliofep – Fundación Empresas Polar
Link: https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/c/cardona-puig-felix/ 

El historial de Félix Cardona Puig en nuestro país y en especial en nuestro Sur es bastante extenso, en el link podrás acceder a toda una información mas detallada sobre el, donde se describe las andanzas de un gran explorador que sumó mucho en abrir las puertas al mundo de los terrenos mas inexplorados de Venezuela.

(1927) Arriba a Venezuela por el puerto de la Guaira y para esa fecha, residía en el país su amigo Juan María Mundó Freixas, quien trabajaba como representante de la industria de textiles que la familia de Cardona exportaba a Venezuela, A su vez Mundó, había realizado algunos viajes de exploración a la región Sur del país y anima y convence a Cardona para acompañarlo en esta aventura. Emprenden la exploración de la región Sureste de Venezuela comprendida entre el Orinoco y la frontera con el Brasil, la cual bautizo Cardona son el nombre de la Gran Sabana. En mayo de 1927, Cardona y Mundó divisaron el gran salto de agua que es un afluente del rio Churún Merú; que mas tarde se conocería como Salto Ángel. 

(1928) El 18 de julio, reinicio las exploraciones en el Cerro Auyantepuy, elaborando mapas y croquis señalando la existencia del impresionante salto de agua conocido por los indígenas de la región como Perepacupá. El diario donde anotaba sus experiencias fue publicado parcialmente en 1931 por Alfredo Jahn en la Revista del Colegio de Ingenieros, Caracas.

(1937) Acompañó al norteamericano Jimmy Ángel sobrevolando el gran salto, el cual Cardona conocía y había ascendido hasta la cima desde 1927. Ángel y Cardona logran llegar hasta la cima del gran cerro, el 21 de mayo de 1937. En septiembre de ese mismo año, Ángel le sugiere llegar en su avioneta a la cúspide, sugerencia que acepta Cardona, permaneciendo en tierra; Ángel y sus acompañantes persisten en el intento y ocurre el accidente que ocasiona que la avioneta se incruste en el suelo con la suerte de no haber víctimas. Las noticias que se difunden del accidente, inducen a que el gran salto sea bautizado como Salto Ángel, y así se le conoce desde entonces. A finales de 1937, acompaño a la expedición del Museo de Historia Natural de Nueva York patrocinada por William Phelps, que investigaba la fauna ornitológica del Auyantepui. Realizo estudios sobre los indígenas de la región, con los convivía durante sus exploraciones, estudiaba su lengua logrando comunicarse directamente con ellos.

Desde abril de 1938 a diciembre de 1939, participó en la localización del rio Oirá en la región fronteriza con Colombia. Dedico años de su vida a la exploración de los vastos territorios del Sur de Venezuela. Elaboro la cartografía de esa región, necesaria para el desarrollo de la electrificación del Rio Caroní, para las empresas de minería, para la explotación del hierro, para la definición de la frontera con el Brasil y para el desarrollo de Guayana, cuando aun no se había fundado la Cartografía Nacional.

(1946) Fue designado Explorador Botánico de la Dirección de Fronteras del Ministerios de Relaciones Interiores, como recolector de plantas para el Herbario Nacional. Fue Guía, colector, botánico y cartógrafo de la expedición oficial que comando  Franz Rísquez Iribarren en 1950, precisando las fuentes del Rio Orinoco. Remitió especímenes de flora y fauna al Smithsonian Institution de Washington y para el Museo de  Historia Natural de Nueva York, Varias especies de fauna y flora venezolana fueron bautizadas con su apellido y aparecen registradas en los catálogos de dicha institución. Desde 1949, hasta su muerte, fue funcionario del Ministerios del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables.

JAMES CRAWFORD ANGEL MARSHALL (1899 – 1956)

Mejor conocido como Jimmie Ángel, fue un explorador y aviador de origen estadounidense, a quien se le atribuye la noticia de la existencia del Salto Ángel.

Fuente: The Jimmie Angel Historical Project
Link:
https://jimmieangel.org

®Karen Angel/Archivo del Proyecto Historico Jimmie Angel
Placa conmemorativa de James "Jimmie Angel" en el Parque Ancional Canaima

(1933): Jimmie Ángel vió por primera vez el Salto Ángel el 16 de noviembre de 1933 mientras volaba solo como aviador-guía para la Compañía Minera Santa Ana de Tulsa, Oklahoma. El copiloto y mecánico José Cardona de México y el funcionario de minería DH Curry estaban con Ángel en la expedición a la Gran Sabana del sureste de Venezuela, pero no vieron la catarata ni creyeron su historia sobre una "catarata de una milla de altura". Debido a las incesantes y fuertes lluvias, Cardona y Curry se desanimaron y abandonaron el área poco después de que Ángel viera la catarata por primera vez.

(1934-1935): Jimmie Ángel conoció a Durand A. Hall y LR Dennison en la ciudad de Nueva York en las oficinas de la compañía minera Case Pomeroy en 1934. Aceptó ser su piloto y guía para la expedición exploratoria de Case Pomeroy a la Gran Sabana de Venezuela

El 24 de marzo de 1935, Ángel llevó a Hall y Dennison en avión al cañón Churun ​​de Auyántepui para ver el salto Ángel. Ángel había estado contando a la gente durante muchos meses sobre su "cascada de una milla de altura", pero su historia no había sido creída porque los mapas oficiales de la región ni siquiera mostraban un tepuy tan alto como Auyántepui. Más tarde, ese mismo año, en un vuelo con Ángel, el geólogo minero Shorty Martin tomó fotografías de la cascada y verificó la historia de Ángel.

1937: Jimmie Ángel y el Salto Ángel se hicieron más conocidos en el mundo como resultado de su aterrizaje el 9 de octubre de 1937 en El Rio Caroní (nombre del avión) en Auyántepui en busca del perdido "río de oro". Los compañeros de aterrizaje de Jimmie y Marie fueron los venezolanos Gustavo "Cabuya" Heny y el jardinero y compañero de selva de Heny, Miguel Ángel Delgado.

®Gustavo Heny/Archivo del Proyecto Histórico Jimmie Ángel, Colección Enrique Lucca
Los Pemon de Kamarakoto están con el piloto Jimmie Ángel, quien esta de pie junto a El Rio Caroní en la mañana del vuelo del Auyantepui del 9 de octubre de 1937. El Capitán Félix Cardona está en el centro con Miguel Ángel Delgado en el extremo izquierdo.
Al principio, el aterrizaje de Ángel parecía perfecto, pero las ruedas atravesaron la vegetación y se hundieron en el barro, lo que provocó que el avión se detuviera abruptamente con una línea de combustible rota y la nariz del avión enterrada en el barro. Dos días después, cuando quedó claro que no había oro que encontrar y que El Rio Caroní estaba irremediablemente atascado en su lugar de aterrizaje fangoso, los miembros de la expedición comenzaron su larga caminata desde la meseta. Como estaba planeado, en caso de que la parte aérea de la expedición en busca de oro tuviera problemas, Heny guió a los Ángeles con la ayuda de Delgado desde la meseta de Auyántepui hasta su campamento en el valle de Kamarata en la base de Auyántepui.

®Gustavo Heny/Archivo Proyecto Histórico Jimmie Ángel, Colección Enrique Lucca
Miguel Ángel Delgado intentando sacar el tren de aterrizaje de El Rio Caroní del pantano fangoso

®Archivo del Proyecto Histórico Jimmie Ángel
Antes de iniciar la larga marcha a Kamarata, se rasgo una tela con el mensaje "TODO BIEN" y se pego al ala de El Rio Caroní con una flecha que mostraba la dirección en la que se dirigía el grupo.

El avión Flamingo “El Río Caroní” fue declarado Monumento Nacional por el gobierno de Venezuela en 1964 (Gaceta Oficial de Venezuela N° 27533, 3 de septiembre de 1964). Su forma plateada permaneció en Auyantepui durante más de 30 años hasta que fue retirado por la Fuerza Aérea de Venezuela en 1970 y llevado al Museo de Aviación en Maracay para su restauración. Un avión parcialmente restaurado que incluye muchos componentes del El Río Caroní original fue trasladado posteriormente al aeropuerto de Ciudad Bolívar, donde permanece en el verde frente a la terminal de pasajeros.

®Marvin Grigsby/Archivo del Proyecto Histórico Jimmie Ángel
El Rio Caroní fue restaurado y exhibido en 1970 en el Museo Aeronáutico de la Fuerza Aérea de Maracay, Venezuela.

Esta aventura capturó la imaginación de la gente de Venezuela porque por primera vez se consideró al Auyántepui en términos que no fueran científicos. Jimmie Ángel había llevado a su esposa con él y sobrevivió a un viaje extraordinario; fue emotivo y romántico.

®Karen Angel/Jimmie Ángel Archivo del Proyecto Histórico
El Rio Caroní actualmente en exhibición en el Aeropuerto General Tomas de Heres de Ciudad Bolívar, Estado Bolívar, Venezuela.

Parte de su trabajo, en particular en Venezuela, ha tenido un impacto duradero. Sus exploraciones de la Gran Sabana del sureste de Venezuela entre 1933 y 1942 generaron interés internacional en la región y condujeron a la exploración científica por parte del Museo Americano de Historia Natural del Auyantepui en 1938. La vasta Gran Sabana fue explorada, cartografiada y abierta a la evaluación científica sistemática, en parte, debido al trabajo de Ángel para el Ministerio de Desarrollo de Venezuela y la Comisión de Límites Venezuela-Brasil en 1939.

Es muy probable que la existencia de la catarata, conocida en todo el mundo como Salto Ángel, fuera conocida por los indígenas Kamarakotos que vivían en el valle de Kamarata, junto a Auyántepui, antes de que los forasteros la descubrieran.

En los diarios de varios de los primeros exploradores no indígenas se había informado de la existencia de cascadas altas, pero estudios recientes han desacreditado en gran medida las sugerencias de que la cascada fue vista por primera vez por otros exploradores, entre ellos Sir Walter Raleigh, Ernesto Sánchez-La Cruz y el capitán Félix Cardona. Jimmie Ángel fue el primer "forastero" que vio la cascada, la colocó con precisión en mapas y la informó al mundo.

PERPESTIVA PEMON

La venezolana Isabel Barton, cineasta que ha estado trabajando con los ancianos del pueblo Pemón en el Valle de Kamarata, afirma:


“Los ancianos afirman que su nombre para el Salto Ángel es Churún-Vená. Vená significa cascada. El agua, después de acumularse en la poza en la base de la cascada y luego caer en cascada sobre las rocas, se llama Churún-Merú. Merú significa rápidos o cascada, en otras palabras, agua que fluye sobre las rocas. La parte Churún del nombre proviene del hecho de que es la cascada más grande que fluye hacia el Cañón Churún, que es un lugar muy importante en su cultura. La palabra Churún es un sonido en su idioma sin un significado particular”.


Isabel Barton a Karen Ángel, comunicaciones personales, 26 de julio de 2005 y 22 de diciembre de 2009.

 

PRIMERA EXPEDICION CIENTIFICA AL AUYANTEPUI (1937)

Fuente: Acta Botánica Venezuelica PDF

En 1937 un grupo de científicos del American Museum of Natural History llegó al Auyantepui en un viaje de exploración financiado por el ornitólogo y empresario norteamericano radicado en Venezuela, William H. Phelps (Phelps, 1938; Tate 1939; Gleason & Killip 1939). Esta expedición que tuvo lugar entre noviembre de 1937 y marzo de 1938, fue precedida de un reconocimiento hecho por el explorador Feliz Cardona, quien junto con el ingeniero venezolano Gustavo Heny, realizó la ascensión de la cima en agosto de ese año y estudio la topografía de sus alrededores, recogiendo al mismo tiempo una representación de plantas de sumo interés que están depositadas en el herbario Nacional de Venezuela (Pittier 1939). El mastozoologo George Henry Hamilton Tate quien comandaba el equipo científico del American Museum of Natural History hizo, a su vez, valiosas colecciones botánicas conjuntamente con las muestras de fauna, de las que resultaron numerosas especies de plantas interesantes y nuevas, superiores en cantidad a las de animales (Maguire 1964). Luego de este importante viaje de investigación, pasarían aproximadamente veinte años hasta que se organizara una nueva exploración científica del Auyantepui que sería la primera expedición venezolana al tepui.

LA MEDICION DEL SALTO ANGEL POR RUTH ROBERTSON (1949)

Fuente: Fundación Empresas Polar

Link: https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/media/16939/geo_u6_l153_guayana_hidrografia_saltos.pdf

Ruth Robertson (1905 – 1998), fotógrafa estadounidense, organizó y encabezó la expedición con este fin. Viajaron, además, Perry Lowrey, ingeniero de la empresa petrolera Mobil Oil, quien hizo las mediciones y cálculos apoyado por el ingeniero letón Aleksandrs (Alejandro) Laime; el fotógrafo estadounidense Ernest Knee, quien filmó la travesía; Enrique Gómez, comisionado del Gobierno venezolano, y diez indígenas pemones encargados de guiarlos hasta la base del salto. Allí llegaron el 12 de mayo de 1949, tras 19 días de recorrido. En noviembre de ese año la revista National Geographic reportó esta hazaña revelando a la comunidad científica y al mundo que en la Guayana venezolana caía, majestuosa, la cascada más alta del planeta.

https://www.ruthrobertson.org/

PRIMERA EXPEDICION VENEZOLANA AL AUYÁN-TEPUI (1956)

Fuente: Acta Botánica Venezuelica PDF

Desde noviembre de 1955 la Escuela de Biología de la Universidad Central de Venezuela comenzó a planificar una expedición científica al Auyán-tepui para estudiar su fauna, flora, geología y topografía. Estos planes tuvieron un decidido respaldo de las autoridades rectorales, quienes motorizaron exploraciones preparatorias encabezadas por el Rector, Vicerrector, Decanos y una representación de los especialistas que participarían en el viaje, para convenir lo referente a guías, instalación de los campamentos, preparación de pistas de aterrizaje y demás detalles. En estas actividades y en la expedición final se contó con el apoyo de las Fuerzas Aéreas Venezolanas para efectuar el traslado de los expedicionarios y el equipo hasta las cercanías de la meseta, y se recibieron valiosas recomendaciones de William H. Phelps, promotor y financista de la expedición al Auyán-tepui efectuada en 1937. Por intermedio de los padres capuchinos de la Misión de Kamarata se estableció contacto con los indios del lugar (etnia Kamarakoto), y con ellos se acordó el acondicionamiento de una pista de aterrizaje de 1000 m para aviones C-47 ubicada en Uruyén, una zona de sabana situada a 10 km de distancia de las estribaciones del tepuy. El explorador letón Alejandro Laime trazaría los planos de la ruta de ascenso y sería el guía principal.


La Expedición Universitaria a la Meseta Auyán-tepui estuvo encabezada por Willy Ossott, Vicerrector de la Universidad Central de Venezuela, y por Diego Texera, Director de la Escuela de Biología, y la integraron profesores y estudiantes de nuestra Alma Mater pertenecientes a la Facultad de Ingeniería, con sus Escuelas de Biología e Ingeniería; y a la Facultad de Agronomía. Hubo también una participación estudiantil de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Central de Venezuela y de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de los Andes.


Las dos instituciones universitarias más involucradas en la planificación del viaje: la Escuela de Biología y la Facultad de Agronomía, tenían entre su personal docente especialistas en diversas ramas biológicas, con importantes carreras profesionales, que habían promovido la creación de institutos científicos y fomentaban actividades de campo para coleccionar organismos. Entre ellos estaban varios de los que participaron en la expedición al Auyán-tepui quienes, a su vez, fueron miembros y colaboradores de instituciones científicas extrauniversitarias tales como el Herbario Nacional de Venezuela, la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales, la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle, y de entes homólogos en el exterior.


Los expedicionarios estuvieron acompañados por varios efectivos de las Fuerzas Armadas de Cooperación enviados para colaborar en las tareas de radio trasmisión y durante al ascenso. Unos cuarenta indígenas se desempeñaron como baquianos y guías y ayudaron en labores de recolección y de campamento.


La ruta seguida fue la misma que la de Cardona y Phelps en 1937 y, al igual que en las exploraciones precedentes, los universitarios permanecieron en la sección Sur oriental del Auyán-tepui, ya que hasta ese momento no se había encontrado todavía un paso para franquear en dirección ascendente el “Segundo Muro” o “Segunda Muralla”, uno de los acantilados más espectaculares de la cumbre, que separa los dos brazos de la meseta. De todo el recorrido de la Expedición Universitaria se tomaron fotografías y también películas.


La Expedición Universitaria a la Meseta Auyán-tepui duró 17 días, transcurriendo desde el 11 hasta el 28 de abril de 1956. Durante todo su desarrollo tuvo gran cobertura en la prensa nacional y en los terminales aéreos se encontraban siempre corresponsales interesados en las declaraciones del Rector Pedro González Rincones, quien hizo varios viajes por avión desde Caracas hasta el campamento base en tareas de coordinación. El día del regreso fueron entrevistados muchos de los integrantes siendo las noticias más destacadas las referentes a la colección de especímenes curiosos y posiblemente nuevos para la ciencia. Igualmente se dedicaron titulares a las posibilidades que tenía para el turismo la región del Auyántepui, debido a sus bellezas naturales.


RESULTADOS CIENTÍFICOS DE LA EXPEDICIÓN UNIVERSITARIA


De la Expedición Universitaria a la meseta Auyán-tepui realizada en abril de 1956 se trajeron numerosos ejemplares de fauna y flora, y resultaron varios taxones nuevos para la ciencia. Las muestras de animales pasaron al Museo de Biología de la Facultad de Ciencias, al Instituto de Zoología Agrícola de la Facultad de Agronomía y al Museo de Historia Natural de la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle. La colección de entomofauna fue una de las más representativas, con 2.800 ejemplares; también se colectaron aves, anfibios, peces, reptiles, entre ellos una variedad de lagartos acuáticos. Las colecciones botánicas se depositaron en el Instituto de Botánica de la Facultad de Agronomía y en el Herbario Nacional de Venezuela. Se colectaron más de 800 especímenes de plantas distribuidas dentro de aproximadamente 57 familias. Diez de las especies resultaron nuevas para la ciencia y algunas endémicas del tepuy o específicamente de su cumbre (Steyermark 1967). Los helechos, orquídeas, melastomatáceas y ciperáceas fueron muy abundantes. Se hicieron también observaciones edafológicas concluyendo que los suelos del Auyán-tepui son ácidos, de textura arenosa y pobres en elementos nutritivos. Determinaron que en “La Mesa del Danto” (segundo hombrillo o terraza del cerro, ubicado a unos 1.500 m.s.n.m.), había ocurrido un fuerte incendio unos 8 a 10 años atrás y se dedujo que el clima de ese lugar debió haber sido muy húmedo.


Se realizaron investigaciones sobre parásitos de animales, aportando nuevas especies y nuevos registros para Venezuela. En el campo de la ecología vegetal y la fitogeografía se emprendieron estudios sobre las comunidades vegetales de la cima y se colectaron numerosos datos para elaborar un mapa de la vegetación. Asimismo, se efectuaron reportes topográficos y geológicos sobre las distintas zonas de la meseta.


Los resultados científicos de la expedición universitaria al Auyán-tepui se publicaron en su mayoría entre 1957 y 1958, principalmente en Acta Biológica Venezuelica, la revista de la Escuela de Biología.


Según palabras del Rector Pedro González Rincones, la expedición fue un extraordinario éxito, por lo que la Universidad Central había decidido establecer en una de las terrazas del Auyán-tepui un centro permanente de investigaciones para seguir realizando observaciones en diversas épocas del año y continuar recolectando muestras. Aunque este proyecto no se llevó a cabo, en los cincuenta años transcurridos desde la Expedición Universitaria muchos científicos venezolanos y extranjeros han hecho estudios en el tepuy. Dos de los expedicionarios de 1956 volvieron a subir a pie al Auyán: Pedro Trebau en 1958 – junto con los botánicos Federico Pannier, Luis Ruiz Terán y Willmar Schwabe (Steyermark 1967) - y Volkmar Vareschi en 1975 - en compañía de Otto Huber, Maria Huber y Josef Bogner (Huber 1976). Desde mediados de los años setenta se comenzaron a realizar las expediciones a la cumbre de las mesetas tepuyanas utilizando helicópteros y uno de los que usó este medio para volver al Auyán-tepui fue Volkmar Vareschi en 1987, con 80 años de edad (George 1988). Este práctico modo de movilización y los esfuerzos de muchos exploradores han permitido un conocimiento mayor de la naturaleza del Auyán-tepui y han contribuido a incrementar el número de especies vegetales y animales nuevas para la ciencia.


Un busto de Simón Bolívar en el Auyantepui

De la Expedición Universitaria a la Meseta Auyantepui quedaron varias huellas conmemorativas. En la sabana de Guayaraca los exploradores dejaron una placa de bronce con el emblema de la Universidad Central de Venezuela sobre un pequeño pedestal y en el Peñón, aproximadamente a 1895m, colocaron otra pieza de fundición con el nombre de la institución. En la cumbre, a 2395m, se dejó un busto de Simón Bolívar junto con una placa de la Universidad Central de Venezuela. Todo esto representó un gran esfuerzo y los expedicionarios se turnaron en la tarea de cargar las piezas.

Fuente: http://hdl.handle.net/10872/10753

ALEJANDRO LAIME: EL LETON CENTINELA DEL AUYANTEPUI (1911 - 1994)

Película: Aleksandrs Laime: Diamonds of Angel Falls 
Link: https://www.youtube.com/watch?v=IYgUgrOdg-g


Después de mudarse a Venezuela en 1940, Laime dirigió muchas exploraciones a través de las selvas del sur del país. Durante sus primeros años en Venezuela, Laime trabajó como Topógrafo para un departamento de construcción de carreteras, y más tarde trabajó para la compañía petrolera Socony e Ingenerie de Orinoko. En 1942, Laime visitó Canaima por primera vez y se estableció allí. Junto con Charles Baughan y algunos otros socios europeos, comenzaron a desarrollar el turismo en Canaima y construyeron un aerodromo y casas para los visitantes. En 1949, formó parte del equipo de Ruth Robertson que llegó al Salto Ángel por tierra, para fotografiar y medir la altura de la cascada. Llegó a la cumbre del Auyantepui 1955 y, junto con su compañero nativo Manuel Fiorentino, fueron los primeros en llegar al avión estrellado de Jimmie Ángel, “El Rio Caroní”.

Sin duda Laime es un personaje icónico del Auyantepui, a él se le atribuye como la primera persona en llegar hasta los pies de la caída de agua, un punto que actualmente se le denomina el Mirador Laime.

Estas líneas se quedan pequeñas ante las tantas historias en las cuales está sembrada la energía de Laime, ya que fue un personaje que estuvo ligado al turismo de la zona.

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